Si algo funciona, ¿para qué cambiarlo? Arturia lo tiene claro y por eso trae de vuelta su icónica caja de ritmos analógica, pero con un giro estético: la DrumBrute Impact 1984. Mismo sonido agresivo, mismo carácter salvaje, pero ahora con un look vintage en off-white que la hace destacar en cualquier estudio o escenario.
Pensada para productores, beatmakers y artistas en directo, esta edición especial mantiene la pegada y la versatilidad del modelo original, pero con ese aire clásico que hará que más de uno se gire a mirarla. ¿Mero rediseño o clásico instantáneo? Vamos a verlo.
Sonido analógico con pegada real
Más allá del rediseño, la esencia sigue intacta: 10 sonidos de batería analógicos con el punch y la saturación que han convertido a la DrumBrute Impact en una referencia dentro de su gama. El kick revienta, el canal FM añade armónicos metálicos afilados, y la función Color permite modificar cada sonido con distorsión, modulación o ataque extra para una mayor versatilidad.
No es un sonido “limpio” ni “pulido”, y ahí está su encanto. Si buscas percusión quirúrgicamente precisa, mejor mira a otro lado. Pero si lo tuyo es el carácter crudo, con ese toque imperfecto y vivo que suena a hardware de verdad, aquí tienes una gran opción.
Control total para directos y estudio
Arturia ha diseñado esta caja de ritmos para algo más que programar beats: se siente como un instrumento real. El secuenciador de hasta 64 pasos permite polirritmias complejas, y herramientas como Step Repeat, Looper y Mute/Solo permiten jugar con los patrones en tiempo real sin perder el control.
Además, los pads son sensibles y responden bien a la dinámica, algo clave si eres un finger drummer y no quieres que todo suene mecánico. En ese sentido, la DrumBrute Impact 1984 no se queda solo en la nostalgia: ofrece una experiencia de interpretación real.
Conectividad versátil, aunque con limitaciones
A nivel de integración, Arturia lo ha hecho bien: la caja incluye MIDI, USB y clock, así que puedes conectarla prácticamente a cualquier setup, desde un Eurorack hasta un DAW. Pero hay un detalle que algunos encontrarán limitante: aunque tiene 4 salidas de audio individuales, no cuenta con salida separada para cada uno de los 10 sonidos. Esto significa que, si buscas una separación total en mezcla, tendrás que jugar con subgrupos o efectos externos.
Por otro lado, no hay memoria interna para samples. Aquí todo es 100% analógico, lo que para algunos será un punto fuerte, pero para otros, una restricción importante. Si buscas algo híbrido o con muestras personalizables, quizá te convenga mirar opciones como la Elektron Model:Cycles o la Roland TR-8S.
¿Un clásico instantáneo?
Con la DrumBrute Impact 1984, Arturia no ha reinventado la rueda, pero sí ha conseguido algo interesante: un producto con sonido potente, diseño atractivo y un workflow pensado para la interpretación en vivo. No es para todo el mundo, pero si buscas un secuenciador analógico con actitud, aquí tienes una opción a considerar.
📌 ¿Vale la pena? Si te gustan los ritmos orgánicos, el control táctil y el sonido con carácter, es una apuesta segura. Si prefieres flexibilidad digital, más memoria o procesamiento avanzado, quizá sea mejor explorar otras opciones.
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