Este año, en el Project Area de Sónar by Day, el stand de AlphaTheta volvió a captar la atención de quienes vivimos el DJing de cerca. No solo por la afluencia constante de visitantes, sino por la posibilidad de probar en persona los equipos: entre ellos la AlphaTheta XDJ‑AZ o la refinada AlphaTheta Euphonia, con su diseño rotativo y una sonoridad muy particular.
Compartiendo stand, como en las dos ediciones anteriores, Tribe XR ofrecía su entorno de realidad virtual. Hasta ahora, su cabina VR replicaba con fidelidad una configuración profesional con Pioneer DJ CDJ‑3000 y Pioneer DJ DJM‑900NXS2, pensada para usuarios con experiencia. Este año, la gran novedad ha sido la incorporación de la Pioneer DJ DDJ‑FLX4, que permitió a quienes se inician en la mezcla experimentar la sensación de pinchar en VR con una curva de aprendizaje más amable. Fue una ampliación real del acceso a la experiencia.
El ambiente en el stand era tan técnico como humano. Visitantes de todo tipo pasaban de un equipo a otro: tocaban, preguntaban, comparaban. La Euphonia, algo discutida en sus primeros anuncios, terminó sorprendiendo a más de una persona por su tacto, su diseño rotativo y un sonido analógico procesado con mimo. Ideal para cabinas boutique y amantes de lo analógico. Juega en otra liga.
Lo más habitual era escuchar cosas como “Igual para el año que viene”, o “quiero probarla en casa con calma”. Las decisiones técnicas, sobre todo en este entorno, no se toman deprisa. Se testean. Se comparan. Y si encajan, entran en el rider. Pero no por moda.
Lo que hay en los escenarios: continuidad, no resistencia
En los sets de Sónar by Day y Sónar by Night, los modelos más habituales en cabina fueron el CDJ‑3000 y la DJM‑900. También se vieron algunos CDJ‑2000, aunque muy pocos, alguno. No sorprende: estos equipos llevan tiempo consolidándose como estándar técnico, y en un entorno como Sónar —donde los márgenes de error son mínimos—, muchos artistas prefieren no arriesgar. Aunque siempre hay quien se desmarca: se pudo ver alguna XDJ‑AZ, DJM‑V10…
Hay que tener en cuenta que los riders no cambian al ritmo de los catálogos. Un nuevo modelo no entra automáticamente en gira. Muchos DJ, sobre todo en festivales, se mantienen fieles a configuraciones que ya conocen, que han probado durante años en sesiones largas, en clubes y en condiciones reales.
¿Por qué sigue dominando Pioneer DJ en los escenarios?
En Sónar 2025 —y no solo en Sónar— apenas vimos otras marcas sobre los escenarios. Ni rastro de Denon DJ u otras opciones que, aunque llevan tiempo intentando hacerse hueco, no han conseguido presencia real. Y no se trata de falta de prestaciones: se trata, sencillamente, de confianza.
Los CDJ‑3000 y las mesas DJM-900 aparecen en casi todos los riders porque funcionan. Los artistas quieren llegar, conectar su USB o su portátil y tenerlo todo listo, sin sorpresas.
No es solo una decisión individual: hay un consenso tácito entre los y las DJ, técnicos y stage managers. Si todos conocen el equipo, todo fluye. Las transiciones son más fáciles, los cambios de set más rápidos, y nadie tiene que improvisar soluciones técnicas de última hora.
Sí, otras marcas pueden ofrecer pantallas más grandes alguna, alguna prestación extra otras, poco más. Pero a la hora de tocar, la mayoría prefiere familiaridad antes que novedades no probadas. Nadie quiere descubrir, sobre el escenario, que algo no funciona como esperaba.
Y en el fondo, esto va más de personas que de tecnología: queremos seguridad, continuidad, y un entorno conocido para poder improvisar con libertad.
¿Integración en la nube? Sí, pero de forma discreta
Los CDJ‑3000 —y por extensión, los equipos AlphaTheta más recientes— ya permiten la reproducción directa desde la nube, gracias a rekordbox CloudDirectPlay. Dropbox, Beatport Streaming, Apple Music… técnicamente todo está listo. Solo se necesita una buena conexión y el firmware adecuado.
Pero en Sónar, ningún artista del cartel usó esa función. No por desconocimiento, sino por precaución. En directo, la estabilidad sigue siendo la prioridad. Los dispositivos físicos —USB, tarjetas SD— siguen mandando. Una caída de red o un error de sincronización no es asumible cuando hay miles de personas frente al escenario.
La tecnología está ahí, y seguramente irá ganando terreno. Pero su adopción real será progresiva. No se trata de falta de innovación, sino de prioridades.
Una escena en tránsito
Lo que vimos en Sónar 2025 no fue rechazo a lo nuevo, sino realismo. El sector evoluciona con cautela, desde la base profesional. Los equipos de Pioneer DJ siguen siendo ominipresentes. Al mismo tiempo, las novedades despiertan interés real, tanto en artistas consolidados como en quienes empiezan a construir su set ideal.
Quizá en Sónar 2026 veamos alguna DJM‑V10 o alguna Euphonia en escena. Por ahora, lo que ha quedado claro es que el futuro ya está ahí —en los equipos nuevos, en la cabina VR, en los comentarios de pasillo— y que la transición está en marcha. Sin imposiciones, sin prisa. Con respeto y criterio.

ARTÍCULOS RELACIONADOS