Te despiertas dentro del festival. El sol golpea fuerte, pero no pesa. Pides un café medio aguado —¿por qué siempre tan aguado?— y te encaminas al SonarVillage, donde Niilas ya está encendiendo motores. Su house acústico no te cambia la vida, pero te contiene. Es como un “buenos días” de alguien que no conoces, pero te cae bien.
Cruzas al SonarHall y ahí está Yaboihanoi, envolviendo la sala con texturas suaves. Alguien cerca dice que se ha dejado llevar demasiado pronto. Quizá sí, pero… ¿y qué? El tailandés que usa la IA para sumergirnos en la afinaciones tailandesas que nos transportan a un lugar éxotico, envolvente y eléctrico.

En SonarPark, Baldman te da ese empujón: lo esperabas más experimental, pero resulta ser un show efectivo, muy físico, y te descubre un par de loops que te suenan a recuerdos vagos de 2011. Nada que anotar, pero todo quedó.
Luego, en Village, Adrian Sherwood te da un baño de bajos que te recoloca el esqueleto. El gran pionero del dub de Bristol me transporta a otro ritmo con mezclas eclépticas y ese especial sentido del humor que te contagia. El sol empieza a caer y tú te dejas hacer. Si no fuera por el calor, estarías llorando. ¿O era solo sudor?
Deconstrucciones y golpes al alma
En Park, el brasileño Quant lanza un set de esos que no sabes si entender o bailar. Optas por caminar en círculos sobre sus grooves afro en clave tech house meloso. Ya había escuchado sus producciones bajo el sello Branko y tenía muchas ganas de verle en directo. No defrauda. En Village, p‑rallel mezcla géneros con tanta naturalidad que dudas si lo ha preparado o está improvisando genial. Lo amas por no parecerse a nadie.
En Complex+D, el combo Raül Refree + Niño de Elche presenta algo que te da ganas de quedarte quieta. El flamenco se vuelve materia líquida, la electrónica se pliega. Te quedas helada y viva a la vez. Uno de los momentos más emotivos de Sónar Day. Un espectáculo minimalista y contundente, donde la voz y la guitarra dibujaron silencios, heridas y belleza. Les adoro, hacen que brille mi gen andaluz.
Y entonces: Teto Preto. Entras sin saber qué esperas, sales con los ojos como platos y el cuerpo en trance. Si hay que definir performance, esto debería ir en el diccionario. Su actuación fue una de las más intensas del viernes. Con estética radical, coreografía desafiante y discurso corporal político, convirtieron el escenario en un espacio de trance, resistencia y delirio colectivo.
Vértigo emocional
Con el calor bajando, Alva Noto & Fennesz consiguen lo impensable: callar al público. No es una performance, es un espacio. Te sientes parte de una sala de máquinas emocional.
En Complex+D, Tarta Relena cantan y tú recuerdas a tu abuela. En el mejor sentido. No sabes por qué. Eso debe significar algo, ¿no? Los toques aflamencados y la tradición en una coctelera de experimentación electrónica hace únicas a estas dos artistas, Marta Torrella y Helena Ros.
Pero todo eso se disuelve cuando aparece Honey Dijon. La pista se abraza con la gran icono del house y la música disco. Hay algo entre beat, alegría y comunión que nadie explica. Aplaudes como si acabaras de asistir a un juicio ganado. No es racional, es visceral. Imposible no bailar. Una de las mejores actuaciones del día.
Cierran el día Josh Caffé con groove, y Maria Arnal con un “Más” que suena a todo lo que necesitábamos y no supimos decir.
💤 Epílogo sin tregua: empieza el sábado
Y mientras escribimos estas líneas con el cansancio aún latiendo en las piernas —y el eco de la noche bailando en la cabeza—, ya suena la primera llamada del día final. Es sábado 14 y vuelve a arrancar el Sónar Day, puntual, a las 15:00 en SonarVillage con Maria Latina. Le seguirán propuestas que no vamos a perdernos: la elegancia electrónica de Amanda Mur, el live afilado de Paranoid London, el encuentro Actress + Suzanne Ciani, el directo de Overmono, la energía desbordante de Samantha Hudson o el cierre bailable de Alinka b2b Shaun J. Wright.
No prometemos contarlo todo, pero sí sentirlo todo.
Nos vemos mañana con la crónica de este último Sónar Day.
Aunque agotadas, seguimos bailando.
Fotografías: Leafhopper/Carlota Serarols/Clara Orozco/Juan Sabatino/Martini Ariel/Anendfor.