Desde las catacumbas del underground nacional más puro, ajeno a modos y modas, Lewnar se presenta en sociedad a través de su primer álbum Infinity que publica en su propio sello Conviction Recordings.
Los 12 cortes que sustancian este primer larga duración de este artista gallego, residente en Madrid desde 2014, son el más fiel reflejo del imaginario sonoro de Lewnar, es decir: un periplo equilibrado, y bien atemperado, por ese techno detroiteño y ese house chicaguense -con permiso del tech-house y el deep- que saben maridad perfectamente para sinergiarse, en feliz colisión, dando lugar a una colección de temas que -desde sus ritmos hipnóticos, sus elementos percusivos clásicos -diestramente contemporaneizados- y sus melodías entrecruzadas y con alma- nos transportan al centro gravitatorio del baile y el movimiento, que no es otro que el dancefloor. Lewnar -desde su potente background de la electrónica, el funky y el soul- es sinónimo de sonidos sofisticados, abiertos, elegantes y groovies y en este Infinty LP lo deja ver, y sobre todo escuchar, a plena luz de ese sol canalla que solo brilla de noche.
Temas como el nervioso, marciano y detroitiano ‘Astral’ o de ‘Hipnotic Orquestra’ -en el que se le nota Jeff Mills por los cuatro costados-; la serenidad tech-melódica y bailable de ‘Attraction’ e ‘Infinity’; el mentalismo agudo y profundo -casi quirúrgico- de ‘Dark Matter’, el maquinalismo technoide de la distópica ‘Funky Village’ o la ensoñación clubby y deep-tech de las deliciosas ‘Gallegator’ y ‘Sunday Vibes’ son algunos de los temas de referencia -por mejor alicatados y expresados- de este Infinity LP que viene a situar a Lewnar donde realmente merece: en la avanzadilla del techno underground nacional.